¿Qué es la baja visión?

La baja visión se define como la pérdida de la visión que dificulta las actividades cotidianas y cuya visión no se puede corregir con medicamentos, cirugía, anteojos o lentes de contacto. La causa más común de baja visión es la degeneración macular. Las cataratas, la retinopatía diabética y el glaucoma también son responsables de la baja visión en muchos pacientes. La afección es más común en adultos mayores; sin embargo, el envejecimiento por sí solo no causa baja visión.

Diagnóstico y evaluación de la baja visión

Evaluar el nivel de baja visión es muy importante para comprender la verdadera capacidad visual del paciente y qué medidas se pueden tomar para ayudarlo a operar mejor en las actividades cotidianas. El rango visual de los pacientes con baja visión es muy amplio y puede extenderse a niveles peores que 20/800 de agudeza. Durante el examen, los especialistas en baja visión normalmente comienzan a evaluar al paciente utilizando el gráfico ETDRS estándar desde una distancia de 4 metros. Esto proporciona una medida de agudeza de hasta 20/200. Si el paciente no puede leer ninguna letra del gráfico, la distancia de la prueba se reduce a 2 metros, lo que proporciona mediciones con una agudeza de hasta 20/400. Si esto no es suficiente, la distancia se mueve a 1 metro y, si no es lo suficientemente sensible, se utilizan tarjetas de prueba individuales para probar rangos de visión de hasta 20/800 y más.

Una vez que se establece el nivel de agudeza, muchos especialistas en baja visión también evalúan a los pacientes utilizando la sensibilidad al contraste, lo que proporciona una medida de cómo los pacientes perciben el contraste en el mundo real. Esta prueba permite al oftalmólogo comprender mejor la capacidad del paciente para ver y comprender escenas visuales del mundo real, independientemente de la agudeza visual. Y la sensibilidad al contraste proporciona más información sobre qué tipo y potencia de dispositivos para baja visión ayudarán mejor a los pacientes.

Tratamiento de baja visión

El tratamiento de la baja visión abarca principalmente medios para hacer visibles las imágenes del mundo externo para que los pacientes puedan operar de forma más natural en entornos del mundo real. Estos dispositivos incluyen herramientas para agrandar las imágenes o aumentar la iluminación, o ambas cosas. Las herramientas de ampliación incluyen lupas o telescopios, que pueden ser portátiles o incorporarse a gafas especiales. Además, hay visores electrónicos disponibles para ampliar y proporcionar mucha más luz en las páginas de un libro. El examen integral de baja visión proporciona información al especialista para que pueda prescribir las herramientas correctas para baja visión para cada paciente.